Desde el punto de vista químico la corrosión de los metales se debe a que estos son reductores y entonces el proceso de corrosión resulta fundamentalmente una oxidación.
La corrosión puede ocurrir en la atmósfera y con distinta intensidad según sea esta rural, marina o industrial; en el agua según sea potable, de pozo, o de mar; en ácidos o en álcalis; en metales enterados por acción de las corrientes vagabundas; puede producirse simultáneamente con fenómenos de erosión con desgaste o con tensiones que pueden acelerarlas.
Cuando la corrosión se localiza en uno o varios puntos, se dice que el metal se ha "picado".